Blog para no olvidar mi viaje en moto a Nordkapp y Noruega. Y, bueno, algún otro viajecillo. Sin más pretensiones.

Primer viaje: Nordkapp en verano 2011, lo que viene a ser una vuelta en moto a lo largo de 8 países, en 17 días y con 13.000 kilómetros recorridos (11.000 en moto y 2.000 en ferrys)

Segundo viaje: Escapada a Marruecos en Navidad 2012.

Tercer viaje: Rumbo a Turquía: viaje en solitario a Turquía pasando por los Balcanes, en verano 2015. Casi 10.500 kms y 10 o 12 países (según se mire)

Cuarto viaje: THERE AND BACK AGAIN. Viaje en solitario a Lituania. Más de 8.000 kms en 8/9 días.

martes, 2 de agosto de 2011

DÍA 0: La previa.

El culpable fue Javier, más conocido en los bajos fondos por “Mesala”. Él fue el que lo inició todo, se lo juro a ustedes. Era un día de invierno, allá por diciembre o enero. Algunos miembros de la Patrulla Kosta del Sol estábamos sentados en la mesa de un bar de Málaga, degustando tranquilamente unas cervecitas, y entonces sucedió. Javier, así, sin más, dejó caer la bomba: “Tíos, ¿porqué no nos vamos este verano a Cabo Norte?”. Hay un segundo de silencio. Algunos cruzan sus miradas, otros las bajan. Se escuchan murmullos, los típicos comentarios de “eso estaría genial”, “cómo molaría”, “a mí me gustaría pero no voy a poder porque esto o aquello”…, en fin, las frases habituales que yo mismo utilizo siempre. Pero no esta vez. Esta vez, contra todo pronóstico, inmediatamente digo que sí, que yo voy. Estaba necesitando desde hace bastante tiempo algo parecido, una forma de demostrarme a mí mismo que aún puedo hacer cosas que se salgan de la rutina, necesitaba hacer algo que tuviese un cierto componente aventurero (será cosa de la crisis de los cuarenta…). De modo que me viene como anillo al dedo, es la oportunidad perfecta. Yo voy. Se apunta otro más, Rafa. Dice que tendrá que estudiar las vacaciones en el trabajo y otras cuestiones para ver si puede ir, pero que en principio va. Meses después nos comunicará que lamentablemente no podrá ir, de modo que emprenderemos el viaje sólo Javier y yo. Bueno, en realidad seremos tres, porque Begoña, mi mujer, utilizando la vieja táctica de “si no puedes contra tu enemigo, únete a él”, vendrá también. Y así comenzó el viaje.


 
Mi vieja Sportster...sniff!!!
Durante los próximos meses, me dediqué a buscar por internet todo aquello que podría necesitar para realizar el viaje. Leo en varios foros crónicas de otros moteros que han hecho viajes similares: nos dará una idea aproximada de lo que podemos encontrar y de qué podemos necesitar. Comenzaré por la moto. Es desde todo punto de vista imposible que yo llegue a Nordkapp en mi moto actual: una Harley-Davidson Sportster con poquísimos kilómetros y en perfecto estado, pero con poco más de 100 kilómetros de autonomía, y con una posición y unas vibraciones que no me dejarían salir de España sin una lumbalgia criminal. Ya volví una vez de Escandinavia en silla de ruedas, así que, con todo el dolor de mi alma, la pongo en venta y empiezo a buscar sustituta. Había visto los capítulos de Long Way Round, en los que Ewan McGregor y Charlie Boorman le dan la vuelta al mundo en moto, y lo hacen en dos BMW R1150GS. Pienso que si a ellos les sirvió para dar la vuelta al mundo, a mí bien podrá llevarme al extremo más septentrional de Europa, así que está decidido: buscaré una GS 1150 de segunda mano en buen estado. En el transcurso de poco más de un mes, he vendido la Harley y comprado la BMW. La aventura comienza a parecer real.

Pero necesito muchas más cosas. Procedente de una Harley, mi equipo motero se reduce a chaqueta de cuero, camiseta y vaqueros. Y Begoña no tiene absolutamente nada. Hay que comprar cascos nuevos, ropa de cordura, botas, guantes, monos de lluvia, cubrebotas, intercomunicadores Bluetooh para el casco de los tres, bolsa impermeable para llevar equipaje y red de seguridad Pac-Safe… Y a la moto ponerle defensas para el motor, instalarle una toma de corriente auxiliar de 12v, cubremanos, control de crucero Crampbuster, soporte para el móvil para usarlo como GPS e instalarle el Sygic con los mapas de Europa, revisión, ruedas nuevas…miles de cosas!
BMW R1150GS tal como la compré
Y hay que trazar un itinerario. Me reúno con Javier en su casa y con www.viamichelin.es planteamos un esquema básico. La idea es subir por Suecia y bajar por Noruega, pero nuestro itinerario es completamente abierto. Sólo tenemos la primera noche planificada: dormiremos en casa de la hermana de Javier. A partir de ahí, decidiremos sobre la marcha por dónde ir, cuándo vamos a parar, y dónde vamos a buscar alojamiento. No hay nada reservado, libertad total. No obstante, surge una concreción de fechas: Begoña no quiere dejar tanto tiempo a los niños con los abuelos (o a los abuelos con los niños…aún no lo tengo claro), de modo que viajará en avión hasta Rovaniemi, y se volverá a España en otro vuelo desde Oslo. Así que tendremos que ajustarnos a esas fechas.
El viaje está previsto que comience el día 14 de julio de 2011. La vuelta está abierta, si todo va según el plan previsto, volveremos el 29 o 30. Si no hay suerte, volveremos el 27. Si hay suerte, volveré a primeros de agosto. ¿Qué quiere decir esto? Veamos. Si no hay suerte volveré el 27: tenemos vuelo de regreso comprado desde Oslo. Begoña vuelve desde allí en cualquier caso, y mi amigo tiene un problema que tal vez le obligue a volver pronto, así que cogería un vuelo también ese día y la moto volvería en un camión. Y si para entonces yo estoy físicamente regular con la espalda y demás, volvería en avión también. Como los vuelos eran baratos, hemos comprado para los tres, por si acaso. Pero si yo me encuentro bien (es decir, si hay suerte), seguiré con la moto y volveré a Málaga en moto solo, lo cual sería a primeros de agosto.
Poco a poco vamos consiguiendo todo lo necesario. El día de antes me dedico a construir deflectores de aire para la moto, en plan “Cutretech” (versión casero-artesanal de la reputada marca Touratech). Dedico el día a construirlos, pongo una entrada de despedida en mi Facebook (*), y a última hora de la tarde compro unos mapas y una guía de Noruega. Son las 11 de la noche y el equipaje está sin hacer. Termino de cargar la moto a las 3:30, y duermo un poco hasta las 5:30, hora en que me levanto para dar comienzo oficialmente al viaje.

La GS casi preparada, a falta de los deflectores de viento

(*)VIAJE AL NORTE de Miguel Ángel Morillas, el miércoles, 13 de julio de 2011 a las 10:31
Hola, amigos.
Faltan pocas horas para que comience mi viaje al Norte. Y digo “al Norte” porque no sé hasta dónde seré capaz de llegar. Hay muchas eventualidades que podrían dar al traste con los planes: desde la típica avería, a mi tristemente famosa lumbalgia (hay que decir que no sería la primera vez que vuelvo de Escandinavia en silla de ruedas, después de todo jejeje!). Pero en realidad no importa hasta dónde llegue, si hasta Barcelona, Noruega, Finlandia, Alemania o Francia, lo importante no es el destino sino el viaje en sí, y el viaje comenzó hace muchos meses.
Todo viaje es, de algún modo, un viaje iniciático, pues dicen que nadie vuelve de un viaje siendo la misma persona que se marchó. Probablemente sea cierto, sobre todo en un viaje como éste. En 11.000 kilómetros sobre una moto, de los cuales algunos miles probablemente sean en solitario, pueden suceder muchas más introspecciones de lo viene siendo habitual. Pero tal vez sea ese, en realidad, el auténtico motivo de este viaje: descubrir cosas que aún permanecen ignotas en mi interior, y también cavar tumbas para otras cosas que han muerto en mi interior. Si algo o mucho de ello sucederá, sólo podré saberlo a mi regreso. Hoy siento los nervios, el gusanillo, las ganas tremendas de subirme en la moto y comenzar a rodar, rodar, rodar…sentir el viento, el sol, el frío, la lluvia, la cinta de asfalto bajo mis pies. No me resisto a copiar aquí unas frases del libro Zen y el Arte del Mantenimiento de la Motocicleta: Una Indagación sobre los Valores (1974), de Robert Pirsig:
“Cuando vas de vacaciones en moto ves las cosas de forma totalmente diferente. En un coche siempre estás dentro de un habitáculo y, por estar acostumbrado a eso, no te das cuenta de que a través de la ventanilla todo lo que ves es sólo una extensión de la televisión. Eres un observador pasivo y todo se mueve lentamente a tu lado, como en un marco. En una moto el marco desaparece. Estás en completo contacto con todo. Estás dentro de la escena, no tan sólo contemplándola, y la sensación de presencia es abrumadora. Ese hormigón que pasa zumbando a diez centímetros de tus pies es lo real, el material sobre el que caminas está allí mismo, tan borroso que no puedes enfocarlo, sin embargo en cualquier momento puedes bajar el pie y tocarlo, y todo el asunto, la experiencia total, permanece siempre en tu conciencia inmediata.”
Creo que Thich Nhat Hanh estaría de acuerdo.
Nos veremos a la vuelta. Un abrazo de más de siete segundos.
Miguel Ángel

6 comentarios:

  1. Interesante intruducción, me gusta la redacción y como expresas esos nervios... producidos por lo que implica este proyecto para ti.
    Me quedo con: "Lo importante no es el destino sino el viaje en sí" "descubrir cosas que aún permanecen ignotas en mi interior, y también cavar tumbas para otras cosas que han muerto en mi interior"

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  2. Interesante...
    Destaco:
    Todo viaje es, de algún modo, un viaje iniciático, pues dicen que nadie vuelve de un viaje siendo la misma persona que se marchó.
    El auténtico motivo de este viaje: descubrir cosas que aún permanecen ignotas en mi interior, y también cavar tumbas para otras cosas que han muerto en mi interior. Si algo o mucho de ello sucederá, sólo podré saberlo a mi regreso.

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  3. Interesante.
    Me gusta las reflexiones:
    - "El auténtico motivo de este viaje: descubrir cosas que aún permanecen ignotas en mi interior, y también cavar tumbas para otras cosas que han muerto en mi interior. Si algo o mucho de ello sucederá, sólo podré saberlo a mi regreso".

    - "Todo viaje es, de algún modo, un viaje iniciático, pues dicen que nadie vuelve de un viaje siendo la misma persona que se marchó".

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  4. Interesante.
    Me gustan las reflexiones:
    - "El auténtico motivo de este viaje: descubrir cosas que aún permanecen ignotas en mi interior, y también cavar tumbas para otras cosas que han muerto en mi interior. Si algo o mucho de ello sucederá, sólo podré saberlo a mi regreso".

    - "Todo viaje es, de algún modo, un viaje iniciático, pues dicen que nadie vuelve de un viaje siendo la misma persona que se marchó".

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  5. Interesante.
    Me gusta las reflexiones:
    - "El auténtico motivo de este viaje: descubrir cosas que aún permanecen ignotas en mi interior, y también cavar tumbas para otras cosas que han muerto en mi interior. Si algo o mucho de ello sucederá, sólo podré saberlo a mi regreso".

    - "Todo viaje es, de algún modo, un viaje iniciático, pues dicen que nadie vuelve de un viaje siendo la misma persona que se marchó".

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