Blog para no olvidar mi viaje en moto a Nordkapp y Noruega. Y, bueno, algún otro viajecillo. Sin más pretensiones.

Primer viaje: Nordkapp en verano 2011, lo que viene a ser una vuelta en moto a lo largo de 8 países, en 17 días y con 13.000 kilómetros recorridos (11.000 en moto y 2.000 en ferrys)

Segundo viaje: Escapada a Marruecos en Navidad 2012.

Tercer viaje: Rumbo a Turquía: viaje en solitario a Turquía pasando por los Balcanes, en verano 2015. Casi 10.500 kms y 10 o 12 países (según se mire)

Cuarto viaje: THERE AND BACK AGAIN. Viaje en solitario a Lituania. Más de 8.000 kms en 8/9 días.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

DIA 11: domingo 24 de julio. OPPDAL - BERGEN 510 kms





Salimos del camping y nos dirigimos a Bergen por el camino que nos indica el GPS como el más rápido. Por desgracia, tenemos el tiempo muy limitado y nos vemos obligados a hacerlo así, aunque a veces implique dejar de visitar las zonas más turísticas o conocidas de Noruega. En esta ocasión no podremos ver las zonas turísticas de Geiranger ni la Trollstigveiven. Es una pena pero nuestro viaje es así, y no hay que darle más vueltas. Ya lo sabíamos de antemano y era ésto o nada, de modo que tomamos la decisión de hacerlo, y no me arrepiento en absoluto. Además, Begoña y yo hemos acordado volver en otra ocasión y con los niños, para visitar todo lo que se nos quede por ver esta vez.
Vamos recorriendo la tierra de los trolls, aunque hasta el momento no hemos visto ninguno. Tampoco hemos visto la célebre señal de tráfico de “Peligro: Paso de Trolls”, que os voy a poner aquí pero copiada de internet, porque como ya os he dicho, nosotros no la vimos, ya que está en la bajada de la Trollstigveiven o escalera de los Trolls. Bueno, bastantes trolls de carne y hueso he visto ya en mi vida, y los que me quedan por ver…



Circulamos por una bonita carreterita a los pies del Jostedasbreen, que es el glaciar más grande de la Europa continental: con 487 kms cuadrados es más grande que Andorra. El hielo tiene 7.000 años, y alcanza en algunos puntos más de 400 m de profundidad. Hace un frío del carajo, como os podéis imaginar.
Arriba y a la derecha se ven lo que parecen excursionistas sobre el hielo del glaciar

La pareja de la Guardia Civil :)

Emprendemos un pronunciado descenso de curvitas bastante cerradas, y al llegar casi abajo pasamos junto a un lago donde había una fantasmagórica bruma, menos mal que no era de noche, porque es la escena típica de película americana de serie B de esas de miedo, en las que siempre hay un lago con bruma y una cabaña de madera, y alguien comienza a asesinar a todo bicho viviente con un cuchillo, hacha, motosierra o cortaúñas oxidado…

Sí, sí, bonito, pero espera a que anochezca...
Continuamos nuestro camino ahora junto al fiordo, cuando de repente, la carretera se acaba en el agua. Bueno, en realidad termina en un embarcadero, donde tomaremos un ferry que nos cruzará al otro lado del fiordo Sognefjorden.





Desembarcamos tras una corta travesía de unos 20 minutos. A partir de aquí, la carretera sube y sube, curvas y más curvas siempre ascendiendo, en una versión alternativa de la escalera de los Trolls. Hemos subido mucho, y a esta altitud hace bastante frío de nuevo. Pasamos entre nieve que, por la pinta que tenía, debió de caer aquí cuando los noruegos que pasaban por esta carretera iban todavía montados en mamuts… está claro que por aquí la nieve no llega a derretirse de un invierno para otro.





Tras cientos de cascadas y algún túnel que otro, llevamos a Voss (no confundir con Boss, Hugo Boss), que es un importante centro de esquí, con montones de construcciones con el techo de césped.











De Voss a Bergen hay poco más de 100 kms, pero se nos hicieron interminables. Llevábamos todo el día circulando por carreteritas estrechas y con tráfico, y en la de ahora teníamos muchos túneles, teníamos frío, íbamos justitos de gasolina, y todo ello sin dejar de llover, claro. Por primera vez estaba deseando llegar al destino. Tengo que dejar clara una cuestión: no estaba harto de moto, sino de la lluvia. No cabe duda de que nos acercábamos a Bergen, donde llueve un promedio de 275 días al año. Supongo que alguno ya conocerá el chiste típico de aquí: un turista lleva varios días en Bergen y no ha dejado de llover ni uno sólo, y desesperado le pregunta a una chica de allí: “-¿Es que nunca para de llover en esta ciudad?-” A lo que la chica contesta: “-No sabría decirle, señor. Sólo tengo 16 años.” Yo no estoy seguro de que sea sólo un chiste…brrr!



Por fin llegamos a Bergen, cansados y ateridos. Bajo el techado de una Statoil buscamos hotel en la guía que compré la noche de antes de salir de Málaga, y que está sin usar aún. Escogemos un hotel en una zona céntrica, y confiamos en el GPS para que nos lleve allí. Después de preguntar en un par de ellos, nos quedamos en uno bastante céntrico, en plena zona de marcha. Sí, sí, zona de marcha, pero de marcha noruega…o sea, lo que en España diríamos “esto está casi muerto”. Bergen tiene unos 250.000 habitantes, es la segunda ciudad más grande de Noruega, después de Oslo. Aquí ya tenemos la clara sensación de estar en una ciudad de verdad, digamos que estamos realmente en la civilización.


Aparcamos las motos en la puerta del hotel, las descargamos, nos duchamos y salimos a buscar algún sitio para cenar. Cuando bajábamos por Torggaten en dirección a Torget, al cruzar por Ole Bulls Plass (que a pesar de tener un nombre tan taurino, resulta que era un violinista), vimos mucha gente rodeando algo. Al acercarnos, vimos que había cientos de velas y de flores. En completo silencio, aquellas personas rendían homenaje a las víctimas de los atentados de Oslo. Nos sumamos a ellos durante algunos minutos. El silencio es absoluto, se puede sentir la tristeza de aquellas personas, en su mayoría jóvenes y llenos de vida, incapaces de comprender lo que ha sucedido. A nosotros también nos alcanza su tristeza y su dolor. No es una forma agradable de volver a tomar contacto con la realidad del mundo “civilizado”.





Damos varias vueltas por la zona buscando un sitio para cenar, pero no encontramos nada a nuestro gusto. Al final nos decidimos por un restaurante con amplias cristaleras, con una clientela multicultural, donde se servía comida típica de Oriente Medio. Vaya, que terminamos en un kebab (o shawarma, que le gusta más a Javier) donde pedimos coca-cola light, y una especie de bocadillos como de pan de pita, el más grande que tuvieran -por supuesto- y relleno con todo lo que tengan. O sea, la tercera cena gastrohomicida consecutiva. Y dicen que a la tercera

Para bajar la cena, entramos en un pub a tomar un par de cervezas. El local estaba escasamente ambientado, y además cerraron enseguida. Joder qué sosos son los noruegos. Nos fuimos a tomar la penúltima al pub que había debajo del hotel, donde nos tomamos la última en los 20 minutos que faltaban para cerrar, y con tan poco ambiente como estáis imaginando. Menos mal que estamos en plena zona de marcha…en fin, por lo menos no habrá ruidos y podremos dormir a gusto, que falta nos hace.
Llueve suavemente sobre las motos. Llueve.


ALGUNA FOTEJO MÁS, PARA QUE NO OS QUEJÉIS:

"No veas qué frío...pues yo paso de quitarme el casco!!!"



Amarillo en inglés ;)

¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, es SuperMesalaaa!!



En el ferry


Cruzando el fiordo


Nieve añeja

Bergen

Bergen



2 comentarios:

  1. BUahhhh qué chulo! Ya echaba de menos las historias!!!

    Cuando llegais a Bergen ya no hace tanto frío no? Porque veo Mesala con ropilla de no muy abrigo, no?

    Por cierto he visto entre tus fotos mi próximo fondo de escritorio, qué paz.....ffff

    Abrazos varios!

    La superfan!

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  2. Hola, superfan (o por mejor decir: myonlyfan)
    Efessstivamente, en Bergen no hacía nada de frío esa noche. Javier y yo llevábamos una camiseta de manga corta y el mismo polar de Decathlón, pues resulta que nos habíamos llevado al viaje el mismo modelo y color (sin habernos puesto de acuerdo, eh?). Cada vez que salíamos parecíamos hermanos, con vaqueros y con la misma chaqueta. Zipi y Zape...
    ¿A qué foto te refieres? A ver si vas a poner la misma que he puesto yo...
    Un besote muy grande!!!

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